Ya en las salas de todo el mundo “Una Película” de Willie DeVille
En de mayo de 2019, después del tour Cinema DeVille en el que Willie recorrió México, Perú, Uruguay, Chile y Argentina, volvió a la tan añorada Venezuela y pudo concretar 100% uno de los tantos proyectos que lleva a cabo: Su primer LP solista. “Una Película De” se ha tomado mucho tiempo de fermentación y se ha ido gestando en contextos muy variados, producto de esto, maneja estilos variadísimos, tanto en los rapeos como en las pistas. Contiene los resultados finales de extensos procesos: emigrar hacia México, representar su bandera en muchos países, trabajar con todo tipo de talentos y hasta fundar el sello y supergrupo YoYoDojo. Este largometraje sonoro ya es una pieza fundamental en la historia del rap venezolano y marca un hito a nivel sonoro en Latinoamérica.
“Trabajé tras cámaras para alimentar a mi gente
y a todos les queda claro como me sude la frente”
“Una Película De” tiene tres ejes temáticos, por un lado el cinematográfico que es derivado de su nombre y trabajo audiovisual; por otro lado sus personajes: Cada canción lleva el nombre de una persona famosa que puede ser real o ficticia. Por último, y el eje más claro a la hora de escucharlo, es el del alcohol, el disco se divide en tres actos, sobriedad, ebriedad y resaca, y cada uno de estos es atravesado por el estado mental de su autor en relación a esta droga. De los videoclips que lleva esta obra, ‘Caciques Vol. 2’ es el que más se acerca al mundo del cine, filmado por Veztalone y montado por el mismo Willie, no solo destaca por su buena dirección y fotografía sino por que se aleja mucho del típico clip de rap con un playback en alguna calle mundana.**
En Sobriedad destacan los ritmos del rap neoyorquino clásico, y hasta hay una pista de DJ Premier en ‘Frankie Vallium’, remix de ‘Our Streets’. Para Ebriedad se reservó un poco de lo-fi romanticón y relajado, previando el momento en que explotan los trap bangers a lo ‘Carlos Santana’ que siguen en Resaca con ‘Tom Shelby’. Terminadas las instancias festivas llegan unas barras más relajadas y reflexivas con beats que apuntan hacia lo abstracto. Aunque el esfuerzo por dividir el disco está bien marcado: En todas las plataformas hay algunos canciones que parecen desencajar en el esquema y hay una estética sonora asignada a cada acto, ‘Dapper Dan Dons’ individualmente se asemeja más al estilo boombapero del Acto I que al del III y esto mismo sucede a la inversa con el trapicheo de ‘Alonzo Harris’. A pesar de estas leves incongruencias el sonido del disco es bestial, joyeros como Drama Theme, Tru Comers, V-Rod, Oldtape y otro montón de talentosos entregaron varias de las composiciones más sólidas que el rap latino algún día soñó con tener. Mientras que la gente de Santa Suerte Music y Jamgle Records se encargaron de que las grabaciones de distintas procedencias se junten con naturalidad y que la mezcla y el máster sean bien profesionales.
Una gran característica del disco es la enorme cantidad de feats, resultado de, en parte, el espíritu colaborativo de Willie y también por la constante gira que viene llevando hace mucho tiempo. Viajando de acá para allá para buscar el pan, porque al final ese pareciese ser un estilo de vida más estable que el que se puede llevar en Venezuela. Además de sus compatriotas Lou Fresco, Nasty Killah, Trainer, Chuchú Bermudas, Big Soto, Akapellah y RayOne, aparece la estrella ascendente de Chile NFX, el equipo mexicano de West Gold, Elio Toffana y N-Wise Allah, de los más raperos de España y su colega argento-madrileño Dano. Todos estos talentos le quitan un poco de “solista” al disco, pero representan la naturaleza de su autor y funciona como un cierre del círculo que él mismo abrió ayudando y conformando equipos con otro montón de raperos, beatmakers y directores. Estas infusiones de estilos suman mucho especialmente en el Acto I, agregándole varios colores a un sonido al que estamos bien acostumbrados, mientras Willie solista destaca más los ritmos novedosos que viene proponiendo desde ‘Sticky Mob’.
En materia lírica hay cierta dispersión conceptual, muchas canciones no tienen un enfoque bien marcado, la conección pasa por una esencia y sus formas, esto no quiere decir que no haya barras de calidad, solo que estas no suelen partir de un punto específico. En el segundo acto es donde más empeño se ve en este sentido, con las metas en ‘Brian De Palma’ o el romance en ‘Frank & Barry’ y, especialmente, en la balada que busca dedicatoria ‘Cruella DeVille’. El estilo de vida que lleva el Tío Borracho por ahora no lo estaría llevando a ahondar en las profundidades de su persona***, pero manteniéndose en la superficie igual logra dar con una obra de calidad, priorizando lo musical a lo poético. Su disco es uno de los más versátiles que nos ha dado el rap latino y encuentra sus puntos más altos en la originalidad de temas como el trap carnavalesco ‘Carlos Santana’ y el rap tanguero ‘Astor Piazzolla’, con beats de Sanabria y NicoJP respectivamente, dando con un sonido bien latinoamericano, dedicado a dos de los músicos más importantes que ha dado esta tierra.
Artículo escrito por Agustín Wicki y originalmente publicado en La Celda de Bob el 04/06/2019.