Se cocina a fuego lento un video sobre disco para la sección Rastreando Escenas y mientras seguimos rescatando discazos del género para vuestros oídos y pies. La edición anterior fue dedicada a rarezas, LPs con fusiones fuera de lo común, pero ahora vamos back to basics para apreciar una triada de álbumes de disco clásico por divas que merecen su lugar en el canon: La mística Roberta Kelly, la hipersensual Taana Gardner y la divertida Vicki Sue Robinson.
Como extra se va recomendada una rareza de disco mutante que bien podría servir para sonorizar su Halloween.
-Por Agustín Wicki.
Roberta Kelly — Gettin’ the Spirit (1978) [Casablanca]
Los tres discos que hizo Roberta Kelly con Giorgio Moroder tienen su propia identidad. “Trouble Maker” del ’76 es disco temprano del bueno con una rica cuota de temones, mientras que en “Zodiac Lady” del ’77 ella se torna una cantante más excéntrica que expresa sus lineamientos astrológicos en un LP irregular, pero con algunas producciones tremendas. Para “Gettin’ the Spirit” las pericias de Giorgio como hitmaker son puestas al servicio de Dios en una obra de disco-góspel.
Una buena razón para la singularidad de sus trabajos es que Roberta era del reducido grupo de cantantes disco que no eran títeres de sus productores. No tendría nada de malo conformarse con ser intérprete de los papeles que pueda idear Moroder. Donna Summer llegó lejísimos desde ese lugar, sin embargo Kelly va más allá y dirije su propia carrera, incluso obligando al italiano a demostrar su elasticidad como genio del hit.
En la teoría una música tan superficial y, en aquel momento, moderna como el disco no podría convivir con la espiritualidad de los coros gospel. Por un lado la máquina y por el otro la fe. Es 1978 por lo que Giorgio, acá junto a Bob Esty, lo puede todo. Enhebran sus sintetizadores y el four on the floor bailable con instrumentación orgánica más la voz nítida de Roberta y sus coristas.
La cantante predica durante poco más de media hora y no cansa, el despliegue como todo buen góspel no somete sino que invita. Por gracia divina o de la calidad de los músicos hasta ‘My Sweet Lord’ de George Harrison versionada queda bien. “Gettin’ the Spirit” es una prueba de que si la creencia es fuerte se puede transmitir en cualquier tipo de música e incluso esa energía puede conectar con la audiencia, por más atea que sea.
Taana Gardner — Taana Gardner (1979) [West End]
El caso de Taana Gardner es uno muy ilustrativo de la industria del disco. Ella y sus músicos lograron una de las mejores obras de todo el género sin ganar verdadero reconocimiento o éxito económico. A pesar de su claro potencial para estrella de los 80s, su carrera se disipó al poco tiempo. Hasta sería natural que este material no exista, ya que el sello West End, de los más influyentes del disco, se dedicaba casi exclusivamente a lanzar singles de 12''. Por suerte para la historia “Taana Gardner” sucedió.
Ni Prince, ni Madonna, ni Donna Summer alcanzaron tanta intensidad orgásmica como Taana en ‘When You Touch Me’ y ‘Work That Body’. Sexo en 12 pulgadas. Pasan las décadas y este par de hits no dejan de empañar y acalorar los ambientes donde se hagan sonar. Dos clásicos de la última hora del disco norteamericano retocados por el mítico DJ Larry Levan, especialmente preparados para pernoctar en Paradise Garage, discoteca hija del sello West End.
Las otras tres piezas que completan la obra cumplen con el difícil trabajo de estar a la altura. No estarán adelantadas en el tiempo a las maratones de baile en fiestas de electrónica como las dos canciones protagonistas, pero son funktásticas composiciones de Kenton Nix sostenidas por las inmejorables vibraciones del bajo de T.M. Stevenson.
Una vez escuchado todo, se vuelve una pena no volver a darle play y retomar con ese trance jadeante de éxtasis que nos convierte en adoratrices de los placeres capitales que da la voz de Taana Gardner.
Vicki Sue Robinson — Half and Half (1978) [RCA Victor]
Vicki Sue Robinson puso su firma para uno de los singles más importantes de la historia disco: ‘Turn The Beat Around’; y si bien no fue una one hit wonder, tampoco pudo trascender ese éxito en el resto de su corta carrera discográfica. Grabó cuatro LPs entre 1976 y 1979. Más allá de unos pocos sencillos en los 80s, su trayectoria fue enterrada con otras tantas en el culmen del “disco sucks”.
Pero Vicki fue mucho más que un mismo tema suelto en los compilados y playlists del género. Todos sus larga duración son de calidad. Nunca faltan temas de soul intimistas ni 4/4 para sacar a relucir pasos de baile.
“Half and Half”, su tercer placa, tiene un balance ideal entre grooves y pausas dramáticas. ‘Freeway Song’ es una oda a la libertad y define su espíritu, incluso cuando en la apertura del álbum ella relata un amor que se siente tan bien que parece estar mal. Vicki sabe cantar suelta, vislumbrando una sonrisa, para momentos funkys como ‘Half and Half’ y ‘Hold Me Tight’; y también puede darle cuerpo romántico a cada palabra en ‘Trust In Me’ y ‘Jealousy’. No es inalcanzable como las divas disco, invita a apasionarse, luchar y vivir como ella. Cada canción resalta su personalidad magnética como cantante.
Aural Exciters — Spooks In Space (1979) [Zé]
La música para animaciones infantiles occidentales tienen dos propiedades maravillosas: Son intrinsecamente lúdicas y tienen un diseño de sonido dedicado a esos mundos imaginarios. Una playlist con openings de, por ejemplo, Cartoon Network es alegría asegurada para cualquiera que haya disfrutado parte de su niñez viendo televisión. Primero por la nostalgia y segundo por el redescubrimiento de piezas tan llamativas, con colores que dificilmente aparecen en las demás expresiones musicales.
Los hermanos Eillish supieron influenciarse en Crash Bandicoot para un puente de ‘Bad Guy’ y quedó genial, entonces queda la duda: ¿Por qué no se aprovechan más estas fuentes de diversión por fuera de los soundtracks?
El único disco que lanzaron los Aural Exciters, “Spooks In Space”, no solo demuestra las felicidad proporcionada por jugar con estas formas de la música, incluso lo hace antes del nacimiento de Fox Kids. El grupo aplica vientos, sintetizadores, vibráfono y hasta violín de una forma que suena digital sin serlo. Son atmósferas diseñadas habilmente para graficar una premisa tan simpática como fantasmas en el espacio ¿Por qué habría fantasmas ahí? No importa, es puro espíritu de Halloween.
El álbum fue el único donde Taana Gardner fue voz protagónica, además del suyo, compartiendo con Christine Wiltshire de Musique y Poussez!. El resultado es de disco mutante y caricaturesco. En Europa fue un éxito, pero para 1979 en USA los conservadores habían clausurado el brillo disco y todo rezaba “no fun allowed”. Ellos se lo perdieron, pero hoy existe la posibilidad de redescubrir estas aventuras musicales del mítico sello neoyorquino Zé.